Sueño. Desde hace un largo tiempo, los skaters copan las plazas los fines de semana. La mayoría no supera los 18 años. Aseguran que en el aire, y haciendo arriesgadas maniobras, logran canalizar sus emociones.
Cualquiera que pase por la plaza Libertad un sábado por la tarde puede verlos, o al menos escucharlos. El ruido de la madera o el plástico contra el piso resuena hasta la noche. Uno detrás de otro, practican sus trucos hasta que salen, a fuerza de golpes y caídas. Los skaters son otra de las tribus urbanas que en Santiago sale a la luz, con sus hábitos, sus costumbres y sus vestimentas. Pero esta se distingue del resto por la pasión que los une: un deporte extremo que siempre busca ir más allá de donde ya se ha llegado.
Pablo es uno de los skaters que despliega su habilidad en la plaza Libertad los sábados por la tarde. En la actualidad tiene dieciocho años, y anda en patineta desde el 2002, cuando todavía era prácticamente un niño. Como todo, al principio le costó mucho aprender. “Empezó como un juego, pero después uno quiere ser cada vez mejor, y aprender nuevos movimientos – relató – yo nunca pensé que iba a poder hacer los trucos que hago hoy, pero de apoco y practicando me comenzaron a salir”.
Aunque en otras provincias esta tribu no distingue sexo ni edad, en Santiago la mayoría son varones, y muy jóvenes, porque, como cuentan los chicos, a muchos les cuesta animarse a empezar. Alejandro, otro de los skaters que conversó con EL LIBERAL, consideró que “las mentes de las personas de Santiago del Estero son muy cerradas, se quedan con la cultura de aquí, quedan en lo de ellos y no abren la cabeza”. Contó que muchos skaters logran hacer de este deporte una forma de vida: “Hay muchos profesionales que se mantienen con el skate, porque los torneos importantes entregan más de 4 mil pesos para el ganador, y las casas de venta de ropa patrocinan las patinetas de los mismos”.
Alcances
Así, en la provincia, el skate también ocupa su lugar. Y no sólo en la plaza Libertad. También en la plaza Sarmiento o en la San Martín se reúnen los integrantes de estos grupos que viven para patinar. La mayoría elige los espacios públicos porque no tienen un lugar propio específico para practicar esta actividad. De hecho, los chicos que la realizan sueñan con una pista propia, para poder practicar con un nivel superior.
En diálogo con EL LIBERAL, Pablo expresó que se juntan los fines de semana en la plaza Libertad, y eligen la misma porque tiene un piso liso, con obstáculos donde puedan mostrar sus habilidades como las escaleras y los bancos.
Pablo tuvo la posibilidad de ir a diferentes pistas del país, en Jujuy, Salta, y La Rioja, donde en una de ellas compitió en un Bestrike, que es uno de los mejores torneos de muestra de destreza a nivel nacional y ocupó el segundo lugar.
Además, manifestó que el sueño de todos los chicos que efectúan este deporte es de tener una pista propia para poder practicar. Así, contó que en el Polideportivo Provincial hay una rampa que la hicieron en un proyecto, “pero no la usamos porque no es adecuada al deporte, entonces venimos a la plaza”, contó.
El testimonio de Alejandro
Alejandro es uno de los skaters santiagueños que, a pesar de su juventud, lleva varios años practicando este deporte y muestra gran talento y destreza. Remarca que “es un deporte extremo”, y que “uno conoce sus limitaciones, y a pesar de eso, trata de superarlas”. Agrega, no sin orgullo: “Cuando uno empieza a andar en skate, sabe que algún día se va a golpear fuerte”.
Sin embargo dice que es necesario tener mucho cuidado y saber medir las consecuencias. “Si uno sabe que no puede saltar una escalera de cinco y salta una de ocho es seguro que se va a golpear, seguro que si se va más allá de los límites, seguro que te va a ir mal”, asegura.
Explicó además que “los trucos se dan dependiendo de cómo pones los pies, es un deporte que te hace pensar mucho, y que no te va a salir hasta que hayas practicado muchísimo”.
Agradecimientos:"Diario El Liberal"
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